En el nuevo tiempo político abierto en España
y que permitirá afrontar de otra manera la situación política catalana,
Oriol Junqueras ha querido este sábado marcar distancias con la
radicalidad del independentismo y cargó contra “los discursos
excluyentes” por entender que solo suponen “una vuelta al autonomismo”.
En una carta escrita desde la cárcel y leída en la conferencia nacional
de Esquerra, Junqueras rechazó también “cualquier lección de patriotismo
y dignidad”.
Unos
1.200 militantes participan este fin de semana en la conferencia
nacional de ERC que se celebra en L'Hospitalet de Llobregat bajo el lema
Fem república (hagamos república). Era la misma expresión de la ponencia marco que se aprobará, aunque fue modificada por el título de Ara (Ahora), la república catalana.
Más allá de los enunciados, el partido quiso darse un baño de
autoestima en el que probablemente es su peor momento desde la
restauración de la Generalitat: el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, está en prisión con graves cargos;
la secretaria general del partido, Marta Rovira, huyó a Suiza, y dos
exconsejeros de la Generalitat, Raül Romeva y Dolors Bassa, también
están encarcelados, al igual que la expresidenta del Parlament, Carme
Forcadell.
La carta de Oriol Junqueras ha sido leída por el diputado de ERC en el Congreso Gabriel Rufián,
en un ambiente emotivo. “Ningún partido ha dado tanto para llegar a la
libertad y ninguno está pagando un precio tan alto. Y pese a ello, hemos
tenido que aguantar infamias y acusaciones de todo tipo”, escribió el
líder de Esquerra, que en los últimos meses ha recordado que él está
afrontando el proceso judicial tras la declaración de independencia del
27 de octubre. Junqueras nunca lo ha dicho, pero la asociación de ideas
que se hace es que Carles Puigdemont, el presidente de la Generalitat de
entonces, huyó a Bruselas después de aquel día.
Sin renuncia a la vía unilateral
La conferencia nacional de Esquerra aprobará este domingo la ponencia
estratégica que deja abierta la puerta a la vía unilateral para encarar
la situación catalana. El redactado inicial apostaba por la
bilateralidad y establecer una relación negociadora entre el Gobierno de
España y la Generalitat, pero en el trámite de enmiendas se corrigió el
borrador. Marta Vilalta, portavoz de Esquerra, ha recordado este sábado
en su intervención que el partido no renuncia a “ninguna vía
democrática y pacífica” para hacer efectiva la república catalana que
reclama el independentismo.
En otro momento, Junqueras ha alertado contra “los discursos
maximalistas excluyentes que solo implican una vuelta al autonomismo” e
insistió en la necesidad de “ensanchar la base social” del
independentismo, una de sus fijaciones políticas junto con la de no
diferenciar a los catalanes por la lengua que hablen o el lugar de
nacimiento.
“Hemos sido los únicos que hemos sumado, nosotros no somos la fe de
los conversos”, dijo en otro momento, en lo que se entendió como una
invectiva contra el PDeCAT, los herederos de la extinta Convergència, un
partido que nunca fue independentista, pero que acabó abrazando esta
reivindicación. “Ninguna, ninguna lección de patriotismo ni de
dignidad”, escribió Junqueras, antes de apuntar que fue Esquerra el
partido que “tuvo que cargar con todo el trabajo y la responsabilidad a
la espalda en julio —de 2017— para salvar el 1 de octubre”, día de la celebración del referéndum.
Fue otra crítica al partido de Puigdemont, pues la portavoz del
PDeCAT, Maria Senserrich, replicó poco después. “El 1 de octubre fue
mérito de todos, este es el espíritu que debemos preservar. Por esto hay
personas de todas partes que lo están pagando con la represión, la
cárcel y el exilio”, dijo en Twitter.
“Hicimos una campaña electoral con nuestro jefe de filas en la
cárcel”, recordó Rufián antes de volver a la carta de Junqueras. “Hemos
alargado la mano a los que luchaban frente a la adversidad, hemos
trabajado para formar gobierno en Cataluña y para hacer caer al Gobierno
español”, insistió el líder de ERC, antes de recurrir a otro clásico de
su discurso: Esquerra es un partido con 87 años de historia y “las
manos limpias”.
Rufián evitó cualquier crítica al Gobierno de Pedro Sánchez, aunque
sí cargó contra el PSC por impulsar una moción de censura en la ciudad
de Badalona para desalojar a la alcaldesa Dolors Sabater, y calificó a
Ciudadanos como “el frente nacional naranja”. “Ciudadanos no es la
representación de los trabajadores murcianos, gallegos o extremeños que
llegaron hace 50, 60 ó 70 años, es la representación de los señoritos
que les echaron a patadas”, proclamó Rufián.
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